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jueves, 17 de julio de 2008

Agradecimiento a una Aparecida


Un taxista en Guadalajara, circulaba por las calles, en busca de algún pasajero, era una noche malísima, y no había sacado ni para comprarle leche a sus hijos.... estaba muy preocupado, y le pedía a Dios, que le enviara un pasajero, para poder regresar a su casa con dinero en los bolsos, porque en todo su trayecto no había conseguido ninguno, y paso mucho tiempo en recorrido por la ciudad, y de pronto se encontraba, alrededor del panteón Belén, a las 12:00hrs, exactas estaba frente a las puestas del panteón una chica, vestida de negro, con el cabello sobre su rostro, las lámparas de la calle estaban apagadas, sólo estaban las luces del taxi encendidas, le dio seña para que parara, y el se detuvo, le abrió la puerta, y ella subió, le dijo que la llevará algún lugar donde vendieran pozole, él pensó, a esta hora, ¿pozole?, y arranco el vehículo, mientras pensaba a dónde la llevaría, de pronto se acordó, que hay restaurantes por la central vieja, y para allá se dirijió, mientras su recorrido, el no pronunciaba palabra, sentía miedo, y ni siquiera se atrevía a ver por el retrovisor, a la chica, no se explicaba, porque le provocaba miedo, cuando llegaron al lugar, él dijo, aquí venden comida mexicana, ojala encuentre pozole, en alguno de los restaurantes, ella extendió la mano y le dio un billete de $ 50.00, el taxista, puso su mano para recibirlo y observo su mano, estaba huesuda, arrugada y muy fría, y lo que le dio más terror eran sus uñas, largas, gruesas y negras, el tomo el dinero tembloroso, y ella bajo del taxi, sin esperar cambio, camino unos cuantos pasos y se metió a la fonda, el chofer asustado, pensaba: será una aparecida, o será mi imaginación, y el miedo que siento, mientras pensaba: estaba indeciso en averiguar, si la chica estaba ahí o no, pasaron unos minutos, y se decidió, se bajo del taxi, y camino hacia la fonda, entró, y en una mesa estaba un viejecito, en el mostrador una señora, y un joven, se dirigió, al mostrador, y le pregunto a la señora, ¿disculpe, señora, la muchacha que acaba de entrar, donde está?, la señora, dijo: cual muchacha. él taxista, contesto: la chica de negro, que acaba de bajar de mi taxi, entró aquí, y me pago, sin esperar su cambio.la señora le contesto nuevamente, aquí, no entró ninguna chica, tengo desde las 9:00 de la noche aquí en el mostrador y no ha entrado ninguna, muchacha con la descripción que me da.El taxista, asustado salió de ahí, sin decir más, y subió a su taxi, rumbo a su casa, mientras llegaba, iba tembloroso con un miedo enorme, pero él le agradecía, dónde quiera que estuviera esa chica, el gran favor que le había hecho, darle unos pesos, para comprarles leche a sus hijos, y no se quedaran sin cenar esa noche.


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